viernes, 12 de agosto de 2016

El rey del asfalto

Los que nos va esto de darle a la letra tenemos la inspiración hipotecada en los lugares más insospechados. Porque son los recuerdos la chispa que hace saltar las palabras que forjan las ideas.

Fue un anciano esta vez, que esperaba en una consulta de rehabilitación, y comentaba sobre el gobierno de este país, preocupado porque  se hace cada vez más incierto, el responsable de hacerme teclear.

No me pregunten cómo ni por qué, pero se me vino a la mente aquel conductor de camiones con el que crucé anoche unas palabras, y se mostraba angustiado porque era tarde, aún no había cargado y era preciso que llegase a Portugal en el tiempo que le exigía el tacógrafo, ese viejo profesor severo y disciplinado que tienen todos los chóferes, y con el que es inútil ningún argumento que se salga de su pauta.

Emilio, así es como se llama el conductor con el que hablé, no tenía en su cabeza preocupación alguna por la política, ni tenía interés alguno en aquellos momentos por saber quién será el próximo presidente. Emilio sólo tenía preocupación por terminar de cargar su camión y emprender una vez más su viaje... Una vez más como tantas otras... Sin haber dormido nada y consciente de que no podrá hacerlo en mucho tiempo.

No es que no le importe la política, es que la supervivencia dicta las pautas y su única preocupación ahora es partir y llegar. Una noche más... Hacer el camino que hizo cientos de veces... Otra vez... Sin que el sueño lo venza y acabe con él y con todo el que esté cerca de su camión si por desgracia se diera la trágica circunstancia.

Emilio es consciente que arriesga mucho cada día, pero no sabe vivir de otro modo. Empezó muy joven... cuando las cosas eran de otra manera.... cuando la tecnología no ahogaba tanto. Pero ponerse al mando de aquel monstruo de metal y dirigir sus pasos fue la manera que eligió para llevar el pan a su casa... para que su mujer, que quemó sola su juventud, y que asumió que criar y educar a esos hijos que Emilio casi ni conoce pues crecieron sin él verlos, era cometido de ella;  tenga un puñado de euros para preparar unas buenas lentejas, y que le llene fiambreras para tres días.


Cierto que la vida de Emilio es muy dura… pero cuando sube a su camión y se sienta al volante, se siente importante… Se corona rey de una carretera que no tiene límites… en un mundo que no termina nunca… en pocas palabras… a pesar de todo respira libertad.

Aunque Emilio se siente libre en su carretera, no implica que sea un hombre feliz… la presión de sus jefes que incluso le piden que se juegue la vida en demasiadas ocasiones, lo hacen sentirse desgraciado.

Por eso cuando en su viaje escucha la radio, y hablan de un gobierno que no llega a acuerdos… cuando un imbécil con un Audi y corbata apretada lo adelanta en una mala maniobra, escupe por el diente, y susurra…- Aquí os quisiera yo ver hijos de puta-



sábado, 19 de marzo de 2016

Un busto en mitad del Paseo Marítimo

Ha pasado mucho tiempo… Quizá demasiado.
Solo queda el recuerdo casi extinto de mi fama en las cabezas de unos pocos, a los que una noche, puede que con la ayuda de un buen vino, obnubilé con mi cante.
Pero yo sigo aquí… y mis recuerdos frescos como el primer día. Un curioso hechizo me condenó a seguir vivo dentro del contorno de una estatua.
En mitad del paseo marítimo miro el mar, día y noche… que mejor espectáculo que ese… sus olas… con esa espuma blanca que les da vida, y las presentan a mis ojos como aquellas hermosas mujeres que conocí en vida, haciendo serpentear, coquetas, las colas de sus trajes de gitana.
Pero mi tiempo es eterno, y ahora permanezco mudo… no puedo volver a hacer aquello que tanto me gustaba en vida… Cantar. Es por ello que me volví un poco fisgón, y no puedo evitar centrarme en los que pasan ante mí , o en aquellos que se detienen a observar mi busto y leer la inscripción que me presenta.
Los miro despacio… de arriba abajo, y deduzco por sus caras el estado en que se encuentran. Creo que la mayor parte de las veces acierto, pero si es así, o no, nunca llegaré a saberlo.
He vivido una declaración de amor y una ruptura amorosa; por supuesto, en la clandestinidad de mi estado. Curiosamente no volví a ver a los que rompieron, pero sin embargo veo con frecuencia a esa pareja que me hicieron testigo cuando se otorgaron el primer beso.
Deben ser de por aquí, de este barrio… los he vuelto a ver abrazados por la cintura y caminando despacio… luego pasaron los años… Los vi pasear con un cochecito y con un bebé rubio de grandes ojos. Esos eran mis momentos más felices. Luego vinieron días de grandes tempestades… La mar se mostraba furiosa y no permitía que disfrutaran del paseo. Pero también supe encontrar la hermosura de aquellas tempestades… Parecían como si la mar mostrara su carácter, ante la osadía de los vientos.
Cuando se calmaba… Cuando recuperaba su dulzura habitual, volvían a pasear ante mí aquellos enamorados de antaño, con aquel pequeño que ya andaba solo, apretando fuerte la mano de su madre, que le transmitía seguridad, y de poco en poco se intercambiaban sonrisas. Él, el padre… orgulloso, caminaba dos pasos por delante de ellos, como mostrándole al mundo cuanto habían conseguido, él y su amada, con su amor.
Luego… luego pasaron muchos años… muchas tempestades y calmas chichas. Pero aunque yo no envejezco ellos si lo hacen. Después de mucho… se presentó ante mi busto, una vez más, aquella pareja. Ahora en ambos despuntaban las canas, y caminaban solos, sin el pequeño, que sin duda ya sería un joven, pero brillaba en sus ojos el mismo amor de antaño… el que tenían en sus miradas cuando se dieron el primer beso años atrás. Se pararon ante mí, y ella le recordó a él que allí empezó todo. Se besaron en los labios, y siguieron su camino.
Cuando se marcharon comprendí que ya estaba harto de mi inmortalidad… que en el futuro vería como aquella pareja iba envejeciendo… y temía que algún día, solo caminara ante mí uno de ellos… cabizbajo… lamentando que el tiempo le hubiese robado el amor de su vida.
Me sentí  tan angustiado que desperté. Tras cobrar esa conciencia que se pierde cuando duermes profundamente. Comprobé que yo no era aquel busto en medio de un paseo…que no era inmortal como creí.
Todo había sido un sueño… Un sueño que empezó siendo hermoso y acabó en pesadilla.

Sin embrago, tras aquel sueño aprendí algo… Que la vida es corta, pero mucho menos corta que para alguien que vive eternamente… Que el mar es muy hermoso en todas sus facetas… y que siempre debes mirar a los ojos sonriendo al amor de tu vida… por mucho que pase el tiempo para ambos… Por mucho que os castigue la vida o el paso de los años.

domingo, 7 de febrero de 2016

Mirando hacia atrás

Una vez más estaba mirando hacia atrás. A veces el recuerdo puede ser gratificante… la mejor compañía.
Yo, y los que rondan mi edad, afortunadamente no lo padecimos, pero sí que convivimos muy de cerca con aquellos que sufrieron unos tiempos muy difíciles. Unos tiempos en que la libertad, tal como ahora la conocemos, en toda su extensión, no era posible de ejercer en nuestra Tierra.
Ahora, gracias a la lucha de nuestros abuelos… de nuestros padres, hoy disfrutamos de ese bien tan preciado que todo hombre merece desde que es concebido.
Fue mucha la lucha que sostuvieron para conseguir lo que ahora tenemos, y como todo lo que se hereda no se valora como merece; incluso se derramó sangre y se sesgaron demasiadas vidas para que hoy tengamos este bienestar que no apreciamos. Solo algunos de los que nos gusta esto de darle a la letra, sabemos cuánto vale que nadie pueda callarte… utilizar la palabra tal como lo hacemos ahora… Sin miedo.
A veces lo pienso… Tantos años de incertidumbre… Lo que ellos habrían dado por conocer y disfrutar estos tiempos.
Me apena el pensar en esa senda de rosas que nos legaron, con tanto sacrificio, y que estamos convirtiendo en un lodazal, por el egoísmo de unos pocos.
Debemos pedir cuentas cuanto antes a esos políticos a los que confiamos nuestro futuro… a los que dimos nuestros votos, y ahora juegan con ellos faltándonos el respeto…sin buscar otra cosa que su propio beneficio.
Todos quieren gobernar con mucho más ahínco que servirnos… Quieren ser líderes de nuestra democracia… de nuestra tierra. Pero no piensan en ceder… en solucionarlo, para que nunca tengamos que lamentar el hecho de dar demasiados pasos atrás.
Debemos exigirles que solucionen esta situación que han creado… que no nos roben más de lo que ya nos han robado, y roguemos al cielo para que cuando acabe todo esto, nos quedemos, al menos, tal como estábamos antes de que ellos y sus respectivas soberbias atentaran contra todos nosotros.

Los hombres y mujeres de este País no merecemos el trato que nos están dando.

miércoles, 6 de enero de 2016

¿Cuánto les queda a los Reyes Magos?

Hoy me levanté temprano, y me senté nervioso a los pies de la cama, tal como cuando era un niño en esta fecha... El día de los Reyes Magos.
Entonces recordé que ya no era ese niño... y que los Magos de Oriente, hace ya muchos años, no son para mí otra cosa que un agradable recuerdo.
Cierto... agradable recuerdo... Porque desde el día que descubrí la realidad referente a ellos comencé a dejar de ser un niño... Empecé a hacerme mayor y fue el inicio de algo que no tenía vuelta atrás... Nunca volvería a ser tan feliz como aquel niño, que nervioso se acostaba temprano, antes que nunca, aquella noche de Reyes, y  cerraba los ojos con fuerza, ya que el sueño no le vencía, temiendo ser descubierto por los sagaces pajes de los Reyes que instarían a éstos a que no le dejaran ningún obsequio.
El día que supe que no existían, no solo murió para mí aquella ilusión de levantarme rodeado de juguetes... También murió algo en el alma de mis padres, que cada año derrochaban más ingenio en la colocación y el reparto de mis regalos y los de mis hermanos por toda la casa, con objeto de prolongar la sorpresa; mantenernos ilusionados más tiempo en tan especial mañana.
Hoy, todo es más complicado... Hasta algo que siempre fue simple y  hermoso lo complicamos.
Lo entendí cuando mi sobrino me confesó que era conocedor de la realidad de los Magos de Oriente, y me comentó apenado que no le gustaría haber sabido nunca el secreto de los Reyes... que trataría de olvidarlo.
Me hizo gracia su comentario y  le sonreí... pero en realidad sentía una gran pena por él. A partir de ahora... tal como a mí me ocurrió en su momento... como a todos nos ocurrió, la vida le empezará a desvelar secretos que por desgracia no podrá ignorar ni olvidar, y comenzará a cobrarle el tributo de hacerse mayor.
Hoy he comprendido que los Reyes Magos tienden a extinguirse. Primero porque los niños cada vez dejan de serlo antes, y después porque los mayores cada vez somos más imbéciles...
Por poner un ejemplo de idiotez supina, el hecho de que algunos opinen que las mujeres suman puntos para su igualdad disfrazándolas de Reyes Magos, y haciéndolas desfilar en alguna cabalgata.
Me considero un total defensor de la igualdad entre hombres y mujeres, pero esta medida me parece como anteriormente apunto, de una insensatez extrema; que no beneficia a ellas en absoluto, y perjudica mucho al hecho de  que los niños conserven la ilusión por la navidad.
Recuerdo cuando yo era niño, que con frecuencia preguntaba a mis padres por la identidad de aquellos que  a lo largo de los años representaban en los distintos desfiles a los Magos; ellos me comentaban que los que actuaban en estos actos eran pajes o ayudantes de los originales, ya que yo, era niño pero no tonto, y observaba que en cada representación  los personajes que simulaban a los magos, eran distintos.
Ellos, por salir del aprieto que les suponía la respuesta, me decían que los que veía eran adjuntos de los verdaderos Reyes Magos, y con la intención de conservar lo más posible la magia de mi inocente navidad, afirmaban que los únicos verdaderos Reyes Magos, eran aquellos que desfilaban en la cabalgata de la víspera del día de Reyes.
No sé qué podrían decir ahora mis padres, o aquellos padres que daban a sus hijos similares explicaciones cuando se dejase ver Melchor en la cabalgata, dejando adivinar bajo su túnica las protuberancias propias en una mujer y  con los labios pintados de rojo carmín... Tendrían que ser muy espabilados para inventarse una excusa que justificase la femenina presencia.
Procuremos no ser exagerados... las mujeres tienen que ser como los hombres, libres e iguales... no necesitamos atribuirles papeles que la historia otorgó a un hombre; ¿o qué será lo próximo?... Quizá representar a la Virgen María con su Niño Jesús en los brazos, por un maromo que mida uno noventa, con una barba más poblada que la de San José.
Tratemos de mostrar a los Magos de Oriente como siempre lo hicimos ;  ya bastante complicado le estamos dejando el mundo a los pequeños... que puedan estirar todo lo que sea posible su inocencia... Que nuestros prejuicios no se lo pongan más difícil.